De datos y relatos

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Los números suelen decir cosas, aunque no siempre definen una interpretación única.

Milei acostumbra a proferir afirmaciones grandilocuentes para ensalzar su gobierno, justifiquen el ajuste o desacrediten a sus adversarios.

Apenas asumió aseveró que el anterior gobierno dejó “una inflación plantada del 15.000% anual” Semejante dictamen incomprobable fue repetido y hasta profundizado en diferentes ocasiones.

El 20 de diciembre último, Milei dijo ante la Bolsa de Comercio de Córdoba que su gobierno está “haciendo caer la pobreza más de 20 puntos” y que en los últimos meses sacaron “de la pobreza a 8 millones de argentinos”.

Números negados

Ilustración generada con Flux en https://tensor.art

Por debajo y por detrás de la calma que describen los principales medios de comunicación, los números concretos del primer año de Milei exponen la dirección real de la economía y sus consecuencias.

El informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (UCA) denominado “Evolución de las condiciones de vida y de desigualdades sociales en la infancia: Un análisis de los últimos 20 años” revela que este año, entre los niñxs de hasta 17 años, el 65,5% estuvo bajo la línea de pobreza y el 19,2% está bajo la línea de indigencia. El informe permite observar cómo entre 2004 y 2011 estos indicadores fueron decreciendo -llegaron a 38,4% y 6,5% respectivamente-, mostraron una leve tendencia creciente luego hasta 2017, y desde entonces -con oscilaciones- ambos porcentajes crecieron.

El Centro CEPA (Centro de Economía Política Argentina) realizó un compendio de diversos índices para el primer año de Milei. El informe destaca la fuerte caída del empleo en blanco, a partir de los datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), que indican que respecto de noviembre de 2023, en agosto último hubo 261.017 trabajadores menos. Hasta septiembre último, los salarios registraron una caída en promedio (ponderado) de 9,6%, siendo lxs trabajadores del Estado los que más sufrieron el estrangulamiento salarial, ya que el poder adquisitivo de sus ingresos se contrajo más de un 16%, en comparación con la inflación medida por el IPC. En cambio, si se considera los gastos habituales de los hogares (a partir de la Encuesta de Gastos de Hogares 2017/18) la pérdida del poder adquisitivo de los salarios hubiera sido del 16,7% en promedio ponderado. Esa medida busca representar mejor el impacto sobre los bolsillos de la población que la que actualmente mide el IPC.

Hay otros datos en el trabajo que evidencian el descalabros de los ingresos en gran parte de la población: la caída en el consumo de carne vacuna, la menor en 28 años; y la contracción del consumo de yerba, la peor desde 2017.

Las publicaciones mensuales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) también ofrecen una mirada de las consecuencias económicas de la gestión libertaria. Para noviembre último, las ventas minoristas acumularon una caída del 12,2%, y la actividad manufacturera de las PyMEs sumó un retroceso del 13,6% hasta noviembre de 2024.

Una que sepamos todes

Los indicadores expuestos más arriba son pasibles de crítica, ya sea por la selección de los períodos a los que se refiere, o por los valores que usan para sacar conclusiones. Eso es algo que vale para muchos indicadores de todo tipo: por ejemplo, el Índice de Precios al Consumidor para medir la inflación está condicionado por los pesos que se les da a distintos productos, que pueden no ser representativos de las compras habituales de la población, o -de mínima- de una parte de ella que no percibe el alza de precios en una magnitud similar a la de ese índice.

El gobierno, por su lado, es especialista en pretender que algún número suelto represente la totalidad de su política económica (el índice de inflación, por ejemplo), o en el mejor de los casos un pequeño grupo de indicadores seleccionados porque reflejan algún aspecto que el gobierno quiere destacar, que considera positivo.

Otro factor de incertidumbre (y por lo tanto, un resquicio para la operación política) es el origen de los datos que dan lugar al cómputo de un indicador, y la manera en la que cualquiera podría acceder a ellos.

Aquí elegimos sólo 2 (dos) indicadores que, entendemos, son muy representativos de la situación de una parte muy importante de la población: El Salario Mínimo, Vital y Móvil; y la jubilación mínima. Ambos valores son públicos y por lo tanto cualquiera, sin importar cual sea su pensamiento, puede constatar esas cifras por sí mismo.

Salario demasiado mínimo

El artículo 14 bis de la Constitución dice que el trabajo “en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador (…) salario mínimo vital móvil …”.

Ese mandato constitucional se reglamenta mediante la Ley de Contrato de Trabajo, que en su Artículo 116 define que el Salario Mínimo Vital “es la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión”.

El 10 de Julio de 2024 (mediante la resolución 13/2024 del Consejo del Salario), el gobierno dispuso el valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil para los siguientes cuatro meses, llegando a $271.571,22 en octubre. En noviembre no hubo variación, por lo que la cifra se mantuvo igual.

Un año antes, en noviembre de 2024, el Salario Mínimo era de $146.000, según lo dispuesto el 28 de septiembre de ese año mediante la Resolución 15/2023 del entonces Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

En un año, entonces, este número que actúa de tope legal a la degradación salarial del trabajo en blanco se incrementó en un 86%. En el mismo lapso, según el IPC del INDEC, los precios subieron un 166%, casi el doble que el salario mínimo.

Para que el Salario Mínimo estuviera en el mismo nivel que en noviembre del año pasado, sería necesario que hubiera aumentado lo mismo que la inflación: debería ser de $388.360.

Dicho de otras formas, el SM actual representa el 69,9% de lo que debería ser de haberse ajustado según la variación de precios medido por el IPC (resultado de calcular 271.571,22/388.360 y luego multiplicarlo por 100). O, dicho de manera más directa, perdió un poco más del 30%,

En el sitio Chequeado.com se publicó un análisis detallado de la evolución de este indicador, en el que puede verse cómo ha variado en los distintos gobiernos y lo cerca que quedó con Milei de su mínimo histórico.

En los últimos días, el vocero Adorni hizo gala de su habitual pedantería e ignorancia -tan apreciadas por el oficialismo y demás variantes de ultraderecha- calificando al Salario Mínimo como un “error conceptual”. DE esa forma, el Provocador Oficial mostró que el país que quieren es uno donde la gente esté en condiciones tan miserables que acepte trabajar para Ellos aún en condiciones infrahumanas. De paso, ninguneó a la Constitución, las leyes y la Historia del Movimiento Obrero.

Jubilades indigentes

El valor de la Jubilación Mínima es otro indicador que -en general- todo el mundo coincidirá en que es representativo de una parte importante de la sociedad. Se trata de quienes trabajaron todas su vida y que luego de superar la edad laboral, con todas las dificultades que acarrean los años, ven sus ingresos reducidos a niveles de indigencia. La cifra es representativa ya que alrededor de la mitad de lxs jubiladxs percibe esa cifra.

Dado que la principal erogación del Estado es el pago de este tipo de haberes

Por la Resolución 979 de la ANSES, la jubilación Mínima llegó en noviembre a los $252.798,48. A esa cifra se agrega un bono de $70.000, que el gobierno otorgó desde comienzos de 2024, se llega a un valor de bolsillo de $322.798,48.-

Un año antes, la jubilación mínima estaba en $87.459,76, a lo que se agregaba también un bono de $37.000, totalizando $124459,76.-

El aumento para quienes perciben las jubilaciones más bajas fue, entonces, del 159,3%, quedando también por debajo de los 166% marcados por el IPC. Para haber alcanzado el mismo incremento que el de los precios, la Jubilación Minima debería ser de $331.063.-

La diferencia es de poco más de $8.000. Parece muy poco, pero es dinero que se le reduce a un sector que viene siendo castigado desde hace muchos años.

Eligiendo cerezas

En el undécimo mes del año hubo algunos valores que parecieron reflejar el fin de la caída de la economía argentina. Por ejemplo, mientras la actividad manufacturera PyME fue un 3,7% menor que en el mismo mes del ‘23, registró un aumento del 3,9% respecto del mes anterior si se descarta el factor estacional.

Este tipo de indicios les basta a los aduladores oficiales y al mismísimo mandatario para asegurar que hay un rebote, que empezó la recuperación económica. Algo similar ocurrió cuando Macri y su coro (cuyos integrantes se parecían muchos a los del elenco actual) hablaba de “brotes verdes”.

Cuando se usan sólo los datos que a uno le convienen para sus intereses, descartando lo que podría poner en tela de juicio sus afirmaciones, se incurre en lo que se conoce como “falacia de la evidencia incompleta” o “cherry picking” (literalmente, “recolectando cerezas”), un recurso reñido con el método científico y de uso habitual en las posiciones negacionistas.

Pero no es una cuestión de epistemología, ni siquiera de la Economía como disciplina: los bolsillos, las mesas, las heladeras, expresan su propia verdad más allá de expectativas u operaciones.

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